Edgar P. Jacobs (1904-1987). Nacido el 30 de marzo de 1904 en Bruselas, su vocación inicial fue la de cantante de ópera, pero la II Guerra Mundial lo forzó a cambiar de ocupación. Colabora para diversas publicaciones belgas, entre ellas Bravo, para la cual realiza páginas de Flash Gordon cuando el material original de dicho personaje ya no era accesible. En el mismo semanario aparece en 1943 su primera obra propia, que lógicamente exhibe una fuerte influencia del clásico de Alex Raymond: El rayo U.

Durante la misma época entabla amistad con Hergé, para quien hace de asistente en el color y los fondos en algunas de sus aventuras de Tintín. Al obtener dicho personaje un semanario con su nombre en 1946, Jacobs forma parte del equipo inicial del mismo, lanzando la serie que lo catapultará a la celebridad y lo convertirá en uno de los líderes del cómic belga: Blake y Mortimer.

Las hazañas del capitán Francis Blake y su compañero el profesor Philip Mortimer, siempre en lucha contra el maligno Coronel Olrik u otros enemigos, se engloban perfectamente en el estilo de la “escuela de Bruselas”, basada en la “línea clara” y en un detallismo minucioso, aliado a guiones no menos minuciosamente documentados y ricos en situaciones de suspense. Tras la primera aventura de Blake y Mortimer, El secreto del espadón, seguirían otras no menos memorables como El secreto de la Gran Pirámide, La Marca Amarilla, S.O.S. Meteoros… todas ellas consideradas como clásicos de la narrativa dibujada francófona.

Jacobs se consagraría prácticamente en exclusiva a sus dos personajes-estrella a lo largo de su carrera, realizando esporádicamente alguna ilustración o historieta ajena a su saga. La última historia realizada por Jacobs, Las 3 fórmulas del Profesor Sato, quedaría inconclusa al fallecer su creador en 1987, si bien sería completada por Bob de Moor, otro de los asistentes históricos de Hergé. Posteriormente, Blake y Mortimer han continuado viviendo nuevas aventuras, elaboradas por los equipos formados respectivamente por Jean Van Hamme y Ted Benoit, y por Yves Sente y André Juillard. Además de inspirar una serie televisiva de animación, ambos personajes han tenido su aventura La marca amarilla llevada al cine de imagen real.